La actividad conservera de nuestra empresa se inició en 1940, si bien nuestra familia ya contaba con una dilatada experiencia en la preparación y cultivo de viveros de árboles. Fue en esa época cuando nuestros antepasados, Jesús y José María, decidieron cambiar de negocio, siempre con la fruta como protagonista, principal materia prima de la comarca bilbilitana. El acrónimo de sus dos apellidos -Lázaro Yagüe- inspiró el nombre de la nueva empresa: LAZAYA.
Durante los primeros años nuestra empresa se dedicó, fundamentalmente, a la elaboración de frutas en sulfuroso y pulpas de frutas. A medida que acrecentaba su expansión, comenzó a potenciar paulatinamente su capacidad para elaborar frutas confitadas.
En 1975, tras la división del negocio familiar entre los dos fundadores, nuestra empresa se trasladó a unas nuevas instalaciones dotadas de una mayor capacidad de producción y equipada con maquinaria de mayor tecnología. Francisco Lázaro Arambudo, hijo de uno de los fundadores, Jesús, asumió la dirección de la nueva etapa empresarial.
A finales de los 80 llevamos a cabo una importante ampliación de las instalaciones de la empresa, que consistieron esencialmente en construir una nueva nave para la elaboración de cereza en almíbar. El objetivo era ampliar con ello nuestro mercado de exportación.
A principios de los 90, Conservas Lazaya, Frutas y Dulces continuó creciendo con la compra de 50 hectáreas de terreno en Épila (Aragón). En ellas se plantaron árboles frutales destinados al consumo interno de nuestra fábrica, especialmente cerezas. Desde entonces hemos ido realizando nuevas adquisiciones de terreno hasta alcanzar nuestra cifra actual: 130 hectáreas.
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Con la llegada del nuevo milenio, la tercera generación de nuestra empresa familiar asumió la dirección del negocio. Los tres hermanos al frente del negocio, Jesús, Ignacio y Alfonso han apostado por un incremento de su política de inversiones, encaminada a cumplir dos objetivos esenciales: por un lado, adaptar LAZAYA a las nuevas regulaciones en materia de seguridad alimentaria; y por otro, mejorar su competitividad. Así es cómo hemos logrado reforzar la presencia de nuestro negocio en los mercados de exportación, además de ampliar nuestra gama de productos y sus diferentes presentaciones.
En los últimos años hemos realizado importantes inversiones en nuestra fábrica con el objeto de mejorar las instalaciones para adecuarlas a las exigencias de seguridad alimentaria requeridas por los diferentes estándares internacionales. De la misma manera, también hemos mejorado los procesos dotándolos de las últimas tecnologías disponibles. Al mismo tiempo, en nuestras plantaciones se ha llevado a cabo el arranque de las primeras 50 hectáreas para su nueva puesta en producción.
Historia de la Empresa
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