El proceso de elaboración de las frutas confitadas puede durar unas horas o varios días, todo dependerá del tamaño de la fruta (si se confitan piezas enteras, trocitos o tiras de piel) y su composición (la cantidad de agua que tenga la fruta). Aproximadamente se suele echar un kilo de azúcar por cada kilo de fruta en el almíbar, de esta forma, se evita la proliferación de bacterias que terminan pudriéndola, ya que la capa de azúcar que envuelve las piezas de fruta permite una conservación de manera natural sin añadir ningún tipo de producto químico.
Propiedades de la fruta confitada
En primer lugar, hay que tener en cuenta que no todas las frutas se confitan. Las que suelen utilizar de manera más habitual los chefs y reposteros son la cereza, manzana, naranja, limón, mandarina, melocotón, albaricoque, piña, higo y pera. Se pueden confitar de muchas maneras. Algunos profesionales prefieren confitar trocitos donde se puede degustar únicamente la pulpa para que la explosión de sabor sea más sorprendente en el paladar.
Sin duda, la principal propiedad de la fruta confitada es que proporciona mayor durabilidad, de tal forma que se puede comer fruta fuera de temporada y en cualquier momento. Este aspecto es muy importante para la cocina de cualquier chef, ya que puede contar con un producto que se conserva perfectamente a temperatura ambiente sin introducirlo en el refrigerador y que además dura mucho tiempo, incluso años.
Otra propiedad muy importante es que la fruta confitada conserva casi intactas sus cualidades, aunque haya ligeros cambios en la textura, aroma, sabor y jugosidad, pero conservando elementos como la fibra, uno de sus principales nutrientes, por lo que podríamos decir que es como comer fruta fresca aunque con el sabor a azúcar más pronunciado. Quizá la diferencia más acusada es que la fruta confitada es un poco más densa en la boca, ya que el azúcar absorbe el agua de la fruta original y la cristaliza en su interior, por eso da la sensación de comer algo con más cuerpo de lo que estamos acostumbrados.
Ventajas de la fruta confitada en repostería
Algunas personas creen que la fruta confitada solo se utiliza en Navidad, sobre todo en el famoso Roscón de Reyes o el Panettone y, aunque es cierto que son los postres más conocido donde podemos encontrarla, lo más habitual es emplearla en trocitos para decorar tartas, bizcochos o cualquier otro producto de repostería y también como ingrediente en yogures, helados, bizcochos, muffins, cupcakes, bombones, turrones o gominolas. Sus divertidos colores y sabores siempre aportan un gran atractivo a los postres y los profesionales cada vez recurren más a ella para crear nuevas elaboraciones.
Pero no solo se utiliza en platos dulces, la fruta confitada también aparece en platos salados para darle un toque de distinción y originalidad, por ejemplo en carnes, salsas y hojaldres. También se utilizan en la elaboración de cócteles y como aperitivo junto a frutos secos u otro tipo de snack.
Dentro de las frutas confitadas podemos encontrar las glaseadas o las escarchadas. Las glaseadas incluyen una capa de azúcar en toda la pieza de manera uniforme y las escarchadas presentan una capa de azúcar más gruesa que al solidificarse ofrece ese aspecto tan característico parecido a la escarcha, de ahí viene su nombre.
Lo cierto es que este producto ofrece un gran abanico de posibilidades y el profesional siempre va a encontrar una fruta confitada para combinar a la perfección con otros ingredientes. Además, es un producto que permite altas temperaturas para elaborar tartas, bizcochos o cualquier otro plato.
Los profesionales apuestan por las mejores marcas
Para conseguir una fruta confitada de calidad se requiere una exhaustiva selección de frutas, que hayan alcanzado su punto justo de maduración, sin golpes y listas para consumir. También se suelen seleccionar las que tienen un tamaño más bien pequeño y con la pulpa en perfecto estado. Debido a estos estándares de calidad, la fruta confitada siempre está deliciosa porque ha pasado por una cuidada selección antes de su elaboración.
Por eso los profesionales apuestan siempre por marcas de confianza capaces de ofrecer productos de la máxima calidad, como Lazaya, que además aporta el plus de cultivar sus propias frutas y controlar todo el proceso desde la recolección hasta el envasado del producto.
Sin duda esto confiere a la marca una gran ventaja y es una de las principales razones por las que la mayoría de los chefs la eligen para obtener su surtido de fruta confitada. No dudes en contactar con nosotros y contarnos lo que necesitas para elaborar tus platos. Estaremos encantados de ayudarte.