En los últimos años el sector de la alimentación se ha sumado a la tendencia de lo “artesanal”. Ante una demanda cada vez mayor por parte de los consumidores de disfrutar de alimentos menos procesados industrialmente, las empresas optan por incluir ingredientes o técnicas artesanales a sus productos. Esto es algo que se ha visto reflejado especialmente en la industria de las bebidas, donde desde hace unos años se ha apostado por cervezas, zumos o tés artesanos.
Los consumidores demandan cada vez más productos artesanales
Los consumidores consideran que los productos que perciben como artesanos, les aportan un mayor y mejor sabor y son más saludables. Lejos de que esto sea del todo o cierto no, en realidad es la imagen que la mayoría tiene hacia los alimentos que no son elaborados en masa en una fábrica. Además, y no menos importante, la mayoría está dispuestos a pagar un importe mayor por este tipo de productos. “Lo hecho a mano” está tomando un gran valor justo en la era de mayor desarrollo de la tecnología y en pleno auge de la automatización de los procesos.
Los consumidores consideran que este tipo de productos son más reales, exclusivos y naturales que aquellos que se producen de manera industrial, buscan que al menos, quede un resquicio de artesanía en su elaboración.
El auge de lo artesanal en la industria alimentaria
La industria alimentaria ha sabido detectar esta tendencia y muchas de las grandes compañías han sacado una línea de productos “artesanales” o “naturales” al mercado. Para ello, o bien han incluido ingredientes y materias primas artesanales a sus productos, o directamente han sustituido las grandes maquinarias en algunos de los procesos de elaboración por métodos más manuales, y dar así ese toque de exclusividad a sus productos.
Otras empresas, en cambio, han apostado por las fusiones o las adquisiciones de otras compañías más pequeñas para tener su propia gama de alimentos artesanales en el mercado.
La autenticidad que les atribuye a los productos “hechos a mano” es la clave para el éxito, y para que estos productos llamen la atención de los compradores cuando se enfrentan ante las estanterías repletas de opciones en el supermercado.
Qué parte de la producción de frutas en conserva de Lazaya sigue siendo artesanal
Podríamos considerar que la parte más importante de la producción de las frutas en conserva de Lazaya sigue siendo artesanal, ya que disponemos de nuestros propios campos de cultivo de donde sale la totalidad de la fruta que empleamos para nuestros productos. Tan solo, en raras ocasiones donde nuestra producción de fruta no llega para abastecer la demanda de nuestros clientes alrededor de todo el mundo, recurrimos a productores locales de confianza.
La fruta se recoge del árbol directamente a mano, como se hacía 80 años atrás, por ello, podemos considerar que Lazaya sigue conservando una parte artesanal esencial en la elaboración de sus frutas confitadas, frutas en almíbar y mermeladas.
Además, respetamos las temporadas de la fruta cultivando y recolectando cada tipo de fruta en función de la época del año.
La esencia de siempre junto con los avances tecnológicos
En la actualidad no se concibe una empresa de frutas confitadas sin una moderna tecnología que facilite el trabajo y permita producir al ritmo que demanda el mercado. La tecnología ha supuesto una revolución en todos los campos, incluido el sector alimentario, donde se convierte en imprescindible. El gran valor que atesoramos en Lazaya, es el equilibro perfecto entre las técnicas tradicionales con la más novedosa tecnología, solo así, se puede conseguir un producto de gran calidad y disponer del stock suficiente.
Una de las fases de producción más bonitas y tradicionales, es la polinización natural, una vez que florecen los árboles frutales, los primeros son los cerezos, se realiza una polinización natural con abejorros de forma controlada. Se incorporan colmenas que se reparten por las diferentes zonas de las plantaciones para que se lleve a cabo el traspaso del polen de los estambres al pistilo de las flores. Esta manera de mantener los cultivos de forma tradicional, es la que nos permite ofrecer frutas en conserva de excelentes propiedades.
Junto a estas labores más manuales y tradicionales de la producción se unen otras totalmente industrializadas como el deshuese, la selección o el confitado, las cuales han ido avanzando con el paso de los años.
Lazaya: tres generaciones de frutas en conserva
Una de las características que suele definir a los productos artesanales, es que la mayoría de las veces son resultado de varias generaciones. Aunque Lazaya trabaja día a día por la innovación desde su departamento de I+D, sigue guardando la esencia de esa empresa familiar que nació allá por 1940 (aquí puedes conocer la historia) y que se ha mantenido de generación en generación hasta nuestros días. Es necesario incluir avances en tecnología para poder adaptarte a los nuevos tiempos y para poder abastecer las necesidades de tus clientes, en nuestro caso procedentes de los 5 continentes. Pero a pesar de ello, no hemos perdido un ápice de la ilusión y el compromiso con cada uno de los procesos de la elaboración de nuestras frutas en conserva, como ya hicieron nuestros familiares cuando fundaron la empresa en el siglo pasado.