La producción de fruta confitada pasa por diferentes etapas, de las cuales las primeras se producen, lógicamente, en el medio natural: siembra, poda, polinización, cosecha… Hoy, vamos a contarte cómo se realiza (y cuándo) la polinización natural de los árboles frutales, una de las fases más fascinantes para aquellos que amamos el medio natural, y que queremos explicar aquí para fomentar la confianza de nuestros clientes en la calidad de nuestros productos.
Al producir la fruta que luego procesamos en nuestra fábrica de frutas en conserva, conocemos al detalle también las labores del campo, una de las fases de la producción de la fruta confitada que nos honra realizar y que nos permite disponer de una materia prima de insuperable calidad.
La polinización de los árboles frutales se produce en el mes de abril, justo cuando empiezan a salir las flores de los cerezos y algunos otros árboles frutales. Es en esta fase de la producción de fruta confitada (que os iremos contando paso a paso en sucesivos posts), cuando entran en escena los abejorros, que comienzan a zumbar en torno a las flores de los frutales. Sin duda, es uno de esos momentos en los que uno cae en la cuenta de que no hay tecnología mejor que la prevista por la naturaleza…
La polinización con abejorros
La polinización es la transferencia del polen de los estambres al pistilo de las flores. En muchas plantas, se realiza a través del viento (por ejemplo, en el césped y en las coníferas), y en las plantas en flor, a través de los insectos (abejas, mariposas…), pero también a través del agua y de animales vertebrados (ratones, murciélagos y pájaros).
Todos los seres polinizadores recurren a las flores porque necesitan algo: néctar, polen o ambos. El cuerpo de los abejorros, al igual que el de otros insectos, dispone de unos cestillos que les permite depositar el polen que se ha pegado a su cuerpo y transportarlo. Sólo el polen que cae accidentalmente sobre el estigma (de la misma flor o de otra) produce la polinización.
La polinización natural de los frutales de Lazaya la llevan a cabo abejorros, que colocamos junto a los árboles. Con ello, conseguimos controlar este proceso natural para la producción de fruta confitada en los tiempos que necesitamos hacerlo, ahorrando costes de trabajo, mejorando el rendimiento de los frutales y reduciendo la dependencia del clima o la disponibilidad de insectos polinizadores en la zona.
En Europa y Asia, el abejorro utilizado es la subespecie Bombus terrestris. Un dato curioso es que la polinización con abejorros se inició en el tomate de invernadero allá por los años ochenta, pero ya hace tiempo que se trasladó a otros cultivos, especialmente al de frutales, donde ha demostrado muchas ventajas frente a las abejas.
Por qué usamos abejorros en vez de abejas
Las abejas no son los únicos insectos polinizadores, como ya hemos visto. También lo son los abejorros, entre otros. Se trata de especies distintas, con muchas similitudes y también importantes diferencias. Vamos a verlas, y finalmente, a desvelar por qué razón los abejorros son los insectos polinizadores de preferencia en las plantaciones de frutales que Lazaya tiene en Épila (Aragón).
- Las abejas son más pequeñas que los abejorros, que miden 2 cm o más y tienen el cuerpo lleno de vello. Estos pelillos les protegen del frío y les permiten ser más ágiles en la recogida del polen, como verás luego.
- Tanto en una especie como en otra, las hembras (reinas y obreras) tienen un papel muy importante frente a los machos (zánganos), que sólo fecundan a la reina, y después son expulsados del nido.
- Se alimentan del néctar y el polen de las flores. Frente a las abejas, los abejorros no necesitan almacenar tanto néctar para el invierno, porque sólo sobreviven las reinas en invierno, sepultándose bajo tierra.
- Los abejorros tampoco producen miel y no tienen la misma estructura jerarquizada en el panal. Su nido es más pequeño, aprovechando normalmente pequeños huecos dejados por roedores.
- Un abejorro reina tiene una esperanza de vida de un año frente a la abeja reina, que sobrevive de 3 a 6 años.
- Los abejorros no mueren tras una picadura, porque no se desprenden de su aguijón como las abejas.
- Tanto abejas como abejorros polinizan las flores y son esenciales en el ciclo vital de las plantas y de las propia naturaleza.
Las 3 grandes ventajas de los abejorros…
- Los abejorros no tienen un sistema de comunicación como las abejas. Esa carencia es una ventaja competitiva importante respecto a la polinización con abejas para la producción de fruta. Mientras que las abejas pueden informar a sus congéneres de la presencia de comida distinta en otro lugar, invitando a la colonia entera abandonar el cultivo que el agricultor necesita que polinicen, los abejorros no… Si un abejorro se distrae con otro cultivo, los demás no acuden en masa a su llamada.
- Los abejorros tienen menos problemas para cambiar de árbol que las abejas y no se limitan a un área específica del cultivo. Esta ventaja de los abejorros frente a las abejas es determinante en los árboles frutales, que necesitan a menudo una polinización cruzada (dependen del polen de determinados «árboles polinizadores»). En nuestras plantaciones utilizamos variedades de cerezos que necesitan polinización cruzada. Es el caso de Rainier, Napoleón y Blanca de Provenza, que polinizan entre sí. Sólo si las floraciones de las diferentes variedades se distancian entre sí, podemos tener problemas de cuajado, con merma de la producción.
- El zumbido de los abejorros obreros tiene una función muy concreta; la vibración sirve para agitar las anteras cargadas de polen de las flores. Estas caen sobre su lomo, que está cubierto de pelillos. Cepillan entonces con las patas el polen recogido y lo arrastran a las canastas que tienen en las patas traseras para finalmente transportar la cosecha a su nido.
Cuándo y cómo se sueltan los abejorros en las plantaciones
Las colonias de abejorros se introducen unos pocos días antes del periodo de floración (de 4 a 7 días) de los árboles frutales que nos ayudarán a sacar adelante nuestra producción de fruta confitada de la mejor calidad.
Estas colmenas, que compramos a una empresa especializada que nos ofrece las mayores garantías de calidad, nos son entregadas con el alimento suficiente para nutrir a cada colonia de abejorros durante la fase de transporte y almacenamiento de las cajas. Necesitan una temperatura ambiente de entre 10 y 28° C.
Cuando llega el momento, distribuimos las colonias de abejorros por todo el terreno, disponiéndolas en una superficie completamente horizontal, para lo que utilizamos palets. Pasada media hora, para que la colonia se asiente, abrimos los orificios de vuelo tal y como indica cada colmena. Tenemos determinados cuidados con las colmenas, como, por ejemplo, protegerlas del sol directo o la lluvia, o bien abrir los orificios de ventilación superiores en caso de calor. Al ponerse el sol, introducimos el tapón de nuevo en la abertura.
La fase de polinización comienza en los cerezos, que florecen unos 15 días antes que el melocotón y el peral (entre marzo y abril). Como ya hemos comentado, nuestros cerezos necesitan polinización cruzada, pero no así el melocotón y el peral. Una vez que empieza a formarse el fruto, es necesario llevar a cabo una tarea de eliminación de los frutos más pequeños, dejando sólo los mejor formados en cada rama. Este trabajo de «aclareo» manual permite obtener el tamaño deseado en la cosecha, y sacar el máximo rendimiento del árbol, para que no se agote en pocas temporadas. Por último, nuestras higueras tienen 2 cosechas en 1 año, primero brevas en julio y luego higos en agosto/septiembre.
Una vez que han polinizado un cultivo, trasladamos las colonias de abejorros a otros cultivos de frutales para que continúen con su beneficiosa función. Para trasladar las cajas-panales, esperamos a la caída del sol, cuando todos los abejorros vuelven al nido, para cerrar el tapón. Trasladamos entonces la colmena al sitio nuevo y dejamos reposar hasta el día siguiente para que la colonia se tranquilice. Vuelven entonces a cubrir con su función polinizadora un nuevo área de cultivo de la fruta que luego surtirá nuestra fábrica de frutas en conserva.
Un control natural del proceso para la producción de fruta confitada
La producción de fruta confitada, deliciosa y llena de los sabores y aromas de nuestras plantaciones propias, es el fin último de nuestro trabajo en Lazaya.
Queremos que esa fruta confitada que llega a la mesa de los comensales de medio mundo, tanto en preparaciones de pastelería como en forma de macedonia de frutas, etc., tenga la mejor calidad. Y sabemos que para ello, es imprescindible mantener los cultivos de la forma tradicional.
La polinización natural de los árboles es una parte fundamental del proceso, y queremos que así siga siendo. Pero haciéndolo de forma controlada, con la suelta de abejorros en los cultivos de frutales, somos capaces de mantener el control productivo y los tiempos para la producción de fruta confitada en nuestras instalaciones de Calatayud.
Te invitamos a comentar abajo, si lo deseas, y si tienes alguna pregunta sobre nuestra producción de fruta confitada, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Estaremos encantados de ayudarte.